Fórmula 1: datos, datos, datos…
Con el campeonato de Fórmula 1 recién comenzado, el primer gran premio de este año 2010, celebrado este fin de semana pasado en Bahrein, nos ha dejado ya las primeras alegrías a los aficionados españoles: Fernando Alonso, en su estreno en carrera con Ferrari, ha hecho bueno ese eslogan algo temerario que proclama desde sus anuncios del Banco Santander (“he cambiado para ganar”) y se ha alzado con la victoria. Muchos meses después, los alonsistas han vuelto a ver a su ídolo en lo más alto del podio de la F1.
Más allá de estas alegrías que nos ha dado Bahrein, y de lo apasionante que se presenta el campeonato de este año para los aficionados (la vuelta de Schumacher, un Vettel intratable montado un Red Bull que quizás no sea tan bravo, Button en McLaren, el queridísimo por la afición De la Rosa subido por fin a un monoplaza en carrera, etc.), la Fórmula 1 es uno de esos deportes que hacen honor al dicho muy anglosajón que reza “more than meets the eye”. Es decir, “más de lo que salta a la vista”. Y no me refiero a toda esa compleja y avanzadísima maquinaria que se esconde bajo el chasis de un monoplaza… Bueno, sí, pero no seguramente a la que estáis pensando.
¿Sabíais que todos los coches del campeonato de F1 son un poquito McLaren? No queremos que los más suspicaces con la firma británica se atraganten (venga, todo aquello ya pasó…), pero existe un dispositivo llamado ECU (engine control unit) que se encuentra en cada monoplaza, y que, efectivamente fabrica McLaren Electronic Systems, una compañía independiente del grupo McLaren, al que también pertenece, claro, McLaren Racing.
Esta pieza vital gestiona toda la información, extraída de los más de 100 sensores repartidos por el vehículo, referente al motor, la transmisión y otros elementos clave, y los envía a los ingenieros en el box de cada equipo en tiempo real. Es decir, que toda esa información que los equipos manejan para monitorear el rendimiento de sus monoplazas y elaborar sus estrategias, se genera en esa ECU que está fabricada por McLaren, después de que la FIA sacara a concurso el desarrollo de un estándar para esta aplicación.
En este sentido, si me permitís el atrevimiento… ¿sabías que cada monoplaza es, por tanto, también un poquito Microsoft? Porque detrás de esa ECU, además de McLaren Electronics, se encuentra también nuestra compañía: toda la gestión y envío de información descansa sobre Microsoft SQL Server 2008.
Si hace poco os hablábamos aquí mismo de Gaia, ATLAS es en este caso como se conoce a la red compuesta por el centro de datos que almacena y redistribuye la enorme cantidad de información generada por los coches (entre 100 kilobytes y 0.5 megabytes por segundo y monoplaza, entre 1 y 2 gigabytes por carrera… transmitida vía wireless), y los clientes que manejan los equipos para leerla, interpretarla y aplicarla al desarrollo de la carrera. Información, además, disponible más tarde en diferentes formatos y herramientas, como Excel.
Entre dos y tres terabytes es la cantidad de información que el ECU de cada coche genera al cabo del año. ATLAS la gestiona. Y los equipos la utilizan para que los coches rujan con todo su potencial y todos la disfrutemos desde nuestros salones, pegados a la pantalla y esperando poder gritar al final de cada carrera aquello de “¡toma, toma, toma!”.
Podéis encontrar más información sobre el ECU aquí.