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La eficiencia y la división del trabajo

El ser humano al parecer contamos en nuestra mente con un mecanismo de abstracción para administrar la complejidad y hacer que nuestro cerebro trabaje eficientemente de tal forma que elige automáticamente la ruta más corta para entender algo, procesando el mínimo de información nueva necesaria y reutilizando lo ya existente y procesado con anterioridad. De tal forma que cuando escuchamos, leemos o vemos algo nuestra mente adquiere rápidamente los puntos básicos de ello, con eso identifica rápidamente una coincidencia en lo ya existente en la mente y con eso completa el resto para presentar una figura mental coherente, entendible y familiar para nosotros. Cuando no puede completarse el proceso, sentimos que no entendemos y buscamos adquirir más información de aquello, con la cual se repite el proceso. Así, al no estar consciente de este proceso, una persona podría estar convencida al decir que vio un duende, otra persona podría decidir sentirse gravemente ofendida por las palabras de un extranjero que desconoce las expresiones idiomáticas locales, o un gerente de desarrollo podría llegar a convencerse de que en realidad no hay nada nuevo en los métodos ágiles de desarrollo de software que no haya existido ya en la manera tradicional de desarrollo en cascada.

Por lo anterior, resulta tan difícil para el ser humano común aprender cosas nuevas, pues requiere esfuerzo explícito para evitar que nuestra mente complete automáticamente la información con algo ya existente en la misma produciendo la trágica suposición: “eso ya lo sabía”; cuando en realidad no es así.

Las suposiciones de esta categoría se encuentran entre las que forman un paradigma, es decir un molde de pensamiento. Thomas S. Kuhn, en el contexto de la filosofía de la ciencia, muestra cuán profundo es este concepto y cómo un paradigma está fundamentado en supuestos bien arraigados en nuestras mentes.

Identificar un supuesto de esta categoría, controvertir y ponerlo en tela de duda, proponiendo las razones, pruebas y fundamentos de una y otra parte, es algo que de forma personal me produce un cierto gusto o agrado por hacer o aprender de alguien más que lo hace, esta costumbre puede proveer enriquecedoras experiencias de aprendizaje. Como a veces digo “Que bien se siente estar equivocado, y darse cuenta de ello”.

Por ejemplo, he estado buscando entender más los supuestos detrás de las nociones típicas en división de trabajo y eficiencia en general y cómo esos supuestos están relacionados con nosotros en software, el siguiente párrafo me ha dado más en qué pensar:

“Nuestra intuición, habiendo sido sintonizada por el concepto de la división del trabajo en procesos similares a los de manufactura, es que entre más casos de uso estén siendo desarrollados en paralelo, tanto más eficientes estamos siendo en un proyecto de desarrollo de software. Los métodos ágiles de desarrollo de software han conprobado lo contrario para el trabajo intelectual. Inténtelo – el grupo de proyecto trabajará más eficientemente con menor paralelismo, aún cuando no sea el caso para algún miembro en particular. Si estás familiarizado con los conceptos de “Lean”, el trabajo intermedio por terminar (work-in-progress) es pérdida o derroche hasta que esté completo al punto donde tenga valor de negocio, así que debemos minimizar el trabajo intermedio por terminar en vez de maximizarlo” —Steven Gordon

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