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El Capitalismo Consciente en la industria de software

 

El movimiento Flow es una organización sin fines de lucro dedicada a liberar el espíritu empresarial responsable e integral. ¿Qué significa eso? La mayoría de las empresas actuales tienen como último fin la maximización de la rentabilidad. En contraposición, El "capitalismo consciente" el siguiente nivel en la escala evolutiva de nuestras economías corporativas, propone que la empresas tenga un propósito mucho más profundo que ganar cada vez más dinero.

Esto no significa que las empresas no deben de buscar aumentar su rentabilidad y el valor de su acción, sino que más bien, ese objetivo, que comúnmente se ha convertido en un fin, más bien sea transformado en un medio para lograr un propósito destinado a mejorar la calidad de vida del ser humano.

"Mejorar la calidad de vida del ser humano" es un enunciado muy abierto, que se presta para múltiples interpretaciones que dejarían espacio para que casi cualquier compañía, por siniestra o egocéntrica que sea, se ajuste antojadizamente a esa definición. Cuando nos vamos al criterio número dos de la práctica del capitalismo consciente , esta interpretación se delimita mucho más y empieza a cobrar mayor sentido aún. De acuerdo a John Mackey, una empresa que practica el capitalismo consciente "comprende las relaciones interdependientes entre todos los jugadores en la empresa, incluyendo los accionistas, empleados, proveedores, clientes, comunidad, y medio ambiente. La empresa, así mismo, vela por los intereses de cada uo de estos jugadores y las relaciones entre ellos, con el fin de optimizar el sistema empresarial para el bien máximo de todos."

De esta forma, una empresa que satisface las necesidades de sus clientes a través de la producción o implementación de software de alta calidad, y mantiene satisfechos a sus empleados, al tiempo que genera ganacias a sus accionistas, no estaría cumpliendo completamente con la definición de Capitalismo Consciente si deja de lado el interés por las comunidades en donde se desempeña, el medio ambiente, los proveedores e inclusive las familias de sus empleados.

Más aún, muchas empresas podrían calmar su "remordimiento de consciencia" dando pequeñas limosnas a los jugadores de su ecosistema y pretendiendo ser compañías responsables con el entorno. La diferencia está, empero, en la inclusión de métricas claras en cada uno de los componentes descritos y analizarlas de forma tan seria, diligente y responsable como si se tratara de las ventas y rentabilidad general de la empresa.

Ese sería un paso importante en el camino a convertir los réditos de la corporación en un medio para impactar benevolentemente el ecosistema.

 ¿Cuál es el propósito de su empresa? ¿Ganar dinero? ¿Satisfacer la pasión por la tecnología de sus socios? ¿o tendrá un fin más trascendente, más penetrante, algo que dejará la huella en su comunidad? ¿dentro de las métricas más relevantes de su empresa se mide ese impacto?

¿Limosna interesada e indulgente o inversión en sostenibilidad corporativa? Usted decide.