La escapada de Paul Cotton a Madrid
Ayer estuvimos en la Universidad Politécnica de Madrid con Paul Cotton, Director del equipo de interoperabilidad de Microsoft, que cubre las tecnologías de HTML y Cloud, y miembro del grupo de trabajo del W3C. Es un hombre tranquilo pero enérgico, entusiasta de la tecnología y ferviente defensor de la web del futuro, que empieza con HTML5.
Paul, que estos días está en Bilbao con el grupo del W3C, visitó Madrid fugazmente para dar una charla en la UPM sobre la web del futuro y la labor del W3C en busca de este objetivo común de la industria.
“Yo llevo dos sombreros”-expresión muy utilizada en inglés que indica las responsabilidades que puede tener una persona en su trabajo-. “El sombrero de Microsoft y el sombrero del W3C, y tengo mucha suerte de contar con estos dos puntos de vista”, explicaba Paul quien contó su labor en el equipo del W3C con quien comparte mesa con Apple, Google, Mozilla y Opera (y otros), quienes desde 2010 trabajan con el objetivo común de estandarizar HTML5.
Este año a la reunión del W3C en Bilbao han asistido por primera vez empresas como Disney o Sony, desde luego una clara señal de que todos quieren formar parte de la web del futuro, y es que “el vídeo es el pasajero de primera clase de HTML5”.
Este estándar incluye nuevas funcionalidades como la comunicación bidireccional cliente-servidor, que Paul defendía como la verdadera estrategia de la web del futuro, gráficos 2D, MathML y XHTML y efectivamente la integración de vídeo de forma nativa. Se trata de un estándar que revolucionará la interacción con Internet y abrirá puertas a nuevas oportunidades de negocio.
Además nos adelantó en primicia que esta semana se ha abierto el proceso de votación para pasar este estándar al estado de "Last Call", una noticia que se interpreta como “un paso más y muy importante hacia donde queremos llegar, que no es otra cosa que la mejor experiencia en internet desde cualquier navegador”.
Con el sombrero de Microsoft puesto, nos dejó claro también que para la compañía la apuesta está en la implementación de estándares maduros, y la importancia de los tests que sirven para valorar el soporte en un navegador determinado. Lo que coincide con el estudio de Javier Holguera del que hablamos la semana pasada y que define a la perfección la controversia en torno a este tema.